Maya News Updates 2006, No. 46: Latest Discovery at the Templo Mayor, Mexico CityAlso this update is dedicated to an archaeological discovery in Central Mexico. On October 4, 2006, the Instituto Nacional de Antropologia y Historia and several Mexican newspapers reported on the discovery of a unique architectural feature in the heart of the city, the Templo Mayor. In this update four Mexican reports from different sources will be presented, illustrations that are featured in these reports come from a variety of web sources (reports edited by Maya News Updates, photographs sized by the editor):
EN EL PREDIO DE LAS AJARACAS DESCUBREN UN ALTAR MEXICA ÚNICO EN SU TIPO. Frente a la zona arqueológica del Templo Mayor. El hallazgo corresponde a la IV Etapa (1440-1469) correspondiente al gobierno de Moctezuma I, como parte de los trabajos de rescate que desde el año 2000 realiza en el lugar el Programa de Arqueología Urbana del Proyecto Tempo Mayor.
En las inmediaciones del Conjunto Ajaracas, frente a la zona arqueológica del Templo Mayor, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron un altar mexica único en su tipo —de los encontrados hasta ahora—, en virtud de que tiene dos frisos adosados, uno de los cuales representa al dios Tláloc y el otro a una deidad relacionada con la agricultura.
Álvaro Barrera Rivera, responsable del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Proyecto Templo Mayor, dio a conocer que el hallazgo se inscribe en las labores de rescate que desde el año 2000 se realizan para el acondicionamiento del lugar. Detalló que en un primer momento se procedió a retirar parte del piso de la Etapa VI del Templo Mayor y debajo de éste se localizó una plataforma.
“Esa plataforma la delimitamos por una de sus partes, pero notamos que en el centro estaba rota y decidimos excavar hacia abajo encontrando la fase V; se trata de una abertura hecha en la época prehispánica, y entonces localizamos la etapa constructiva anterior, la IV (1440-1469) que data del gobierno de Moctezuma I, y en ella el altar que está a la vista.
“Lo interesante de éste, es que tiene adosados esos dos frisos, uno de ellos representa a Tláloc y el otro a un personaje que alude al rito agrícola. Viene a ser la primera estructura mexica con este tipo de esculturas empotradas en el muro, es la primera que se localiza en todo lo que fuera el centro ceremonial de México–Tenochtitlan”, dijo. (Source: INAH, Sala de Prensa, Noticias del Dia, miercoles 4 de Octubre de 2006)
DESCUBREN UN GRAN MONOLITO Y UN ALTAR EN EL PREDIO LAS AJARCAS
El hallazgo se produjo a raíz de las excavaciones realizadas frente al Templo Mayor. Descubren un gran monolito y un altar en el predio Las Ajaracas. La enorme roca al parecer está dedicada al dios Tláloc, conjetura arqueólogo. Investigarán el relieve y la iconografía de la piedra cuadrangular para tener más conocimiento de ese sitio.
Arqueólogos del proyecto Conjunto Ajaracas, donde se edificará el Centro de las Artes de los Pueblos Indígenas, frente al Templo mayor, descubrieron el pasado fin de semana un monolito que podría constituir el hallazgo más importante en la zona desde el rescate de la diosa azteca Coyolxauhqui, hace 29 años. Durante la excavaciones que se realizan en ese predio, en la calle de Guatemala, fueron descubiertos un monolito de grandes dimensiones y un altar que, en la base, tiene empotrados dos frisos, cuyas figuras representan al dios Tláloc y a una deidad relacionada con la agricultura. Sobre el monolito que podría ser más grande que el de Coyolxauhqui e inclusive el segundo en importancia después de esa diosa en el Templo Mayor, se dijo que pertenece a la séptima etapa de construcción, realizada durante el gobierno de Moctezuma II.
Luciano Cedillo, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explicó que la piedra cuadrangular tallada sobre roca color rosa mide 3.50 metros de largo por 2.50 metros de ancho y alrededor de 35 centímetros de espesor. Agregó: ''Este monolito probablemente cubra alguna ofrenda, porque se puede ver que hacia abajo está desplomado parte del terreno y la pieza también está fracturada; en la medida en que avancemos, se definirá con mayor precisión el relieve y la iconografía para profundizar en sus alcances y aportaciones en el conocimiento del Templo Mayor." El monolito, adelantaron los arqueólogos, será liberado totalmente en un par de días para ''darnos cuenta de las dimensiones'' y cerca de tres meses se tendran algunas interpretaciones.
Esculturas empotradas Juan Alberto Román, director del Museo del Templo Mayor, descartó que el monolito sea una Coyolxauhqui, ''quizá está dedicado a Tláloc'', aunque admitió que el tamaño de este descubrimiento podría ser más grande y pesado que el de la diosa lunar, que es un piedra circular hallada dentro del centro ceremonial. ''Tras las posteriores excavaciones e investigaciones -prosiguió Román- podremos determinar una estrategia para recuperar el monolito, sacarlo, consolidarlo, limpiarlo y si tiene pigmentos también necesitan consolidación y después establecer una estrategia de recuperación de la pieza." Pese a que no ha sido hallada fuera del centro ceremonial alguna representación de la deidad lunar, dijo que ''la liberación de la piedra cuadrangular revelará si podría ser una forma escultórica de representación distinta de la de Coyolxauhqui, que pesa ocho toneladas y este nuevo monolito es un poco más grueso y quizá hablaremos de que tenga un peso similar o un poco mayor".
Sobre la piedra cuadrangular, Román adelantó que estaría a la vista del público en 2007, a propósito del vigésimo aniversario del museo de sitio que se cumple el 12 de octubre. En la misma pared, donde se encuentra el recién hallado monolito, también fue descubierto a unos metros bajo el piso de la calle de Guatemala un altar, ''único en su tipo", a decir del arqueólogo José Alvaro Barrera, responsable del Programa de Arqueología Urbana (PAU) adscrito al Museo del Templo Mayor, que exhibe dos frisos adosados al muro, uno de los cuales representa al dios Tláloc y otro a una deidad asociada con la agricultura, localizadas en la etapa constructiva IV (1440-1469) que data del gobierno de Moctezuma I. ''Esta es la primera estructura mexica con este tipo de esculturas empotradas en el muro y la primera que se localiza en todo lo que fue el centro ceremonial de México-Tenochtitlán."
La figura relacionada con la agricultura mide 30 por 37 centímetros y la que hace referencia a Tláloc tiene 32 por 34 centímetros. El rescate arqueológico, señaló, ''se inscribe en las labores que se realizan desde 2000 para el acondicionamiento del lugar'', y describió que en un primer momento se retiró la parte del piso de la Etapa I, del Templo Mayor y debajo de éste ''se localizó una plataforma que delimitamos por una de sus partes, pero notamos que en el centro estaba rota y decidimos excavar hacia abajo encontrando la fase V y la anterior, la IV''. Las figuras, añadió, están elaboradas en tezontle y se encuentran frente al templo de Tláloc, casi al centro y frente al centro ceremonial, ''mientras que la ofrenda que se descubrió en lo que sería la quinta etapa en este mismo altar, se hallaron 240 piezas entre conchas y caracoles de mar, además de copal".
Barrera explicó que aún falta excavar en los costados norte y sur para determinar detalles de los reciente hallazgos. También durante las calas de exploración que se realizan en la calle de Argentina fueron hallados hace alrededor de dos meses un muro que pertenece a la séptima etapa constructiva que sale de la fachada norte del Templo Mayor y la esquina de lo que fue el templo de los Guerreros Aguila. ''Al detectar un muro prehispánico se llegó a la esquina y con ello conocer la dimensión de la fachada principal del edificio y en la que se observan escalinatas de acceso", explicaron los arqueólogos Alberto Diez Barroso y Gabino López Arenas quienes dijeron que se colocarán ventanas arqueológicas (en Argentina y Moneda) para observar esta arquitectura mexica. ANA MONICA RODRIGUEZ Y ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ (Source: La Jornada, miercoles 4 de Octubre de 2006).
EL PROXIMO MARTES QUEDARA A LA VISTA EL MONOLITO ENCONTRADO EN EL ZOCALO. Planean abrir cinco ventanas arqueológicas para que la gente puede apreciarlo. El próximo martes quedará a la vista el monolito encontrado en el Zócalo. La figura presenta relieves en su parte frontal y en los costados; mide casi 4 metros.
A cuatro días de haber sido descubierto el monolito que data de la época de Moctezuma II frente a la zona arqueológica del Templo Mayor, al continuar con las excavaciones los arqueólogos precisaron que la escultura monumental, que pesa más de 10 toneladas, quedará completamente a la vista el próximo martes, la cual se presume tiene referentes con la agricultura y la fertilidad, particularidades del dios Tláloc.
La escultura, que data de la VII etapa constructiva del Templo Mayor, además de los relieves en su parte frontal, labrados en sus costados, está fragmentada en cuatro partes, pesa más de 10 toneladas y presenta una oquedad en la parte inferior. También se ha definido que la dimensión total del monolito es de 3.57 metros y tiene un espesor de aproximadamente 38 centímetros.
Durante las excavaciones que prosiguen en el predio de Las Ajaracas, también se han hallado encima de la gran escultura restos de cerámica colonial, probablemente de los siglos XVI y XVII. José Alvaro Barrera, coordinador del Programa de Arqueología Urbana (PAU) dijo que se han realizado excavaciones en los costados norte y sur del área donde se localiza el gran monolito prehispánico descubierto en el predio de Las Ajaracas, y confirmaron que presenta varias fracturas, lo cual ha obligado a extremar las precauciones en su rescate. Abundó: "Un aspecto adicional es que las excavaciones laterales permiten confirmar que el monolito continúa su trabajo de labrado en los costados, y respecto de la oquedad en la parte inferior, se ha podido apreciar un relleno con piedras y arcilla, pero el cual, por las condiciones actuales de la excavación, no deja observar algún posible contenido ceremonial prehispánico".
Con el apoyo de nueve trabajadores de la empresa Con Imagen, José Alvaro Barrera explicó que se ha avanzado de manera paulatina y cuidadosa en la liberación del monolito, el cual -se considera- podría estar totalmente a la vista el martes próximo, ya que se encuentra cubierto por capas de piso prehispánico, colonial y de la época moderna que deben ser retiradas. Detalló sobre los recientes hallazgos: "Los fragmentos de cerámica colonial son probablemente de los siglos XVI y XVII, cabe recordar que la escultura monumental mexica data de la Etapa VII (1502-1521), es decir, hacia el periodo de Contacto, razón por la que de inmediato se encuentra el piso hecho durante el virreinato". Entre los restos de cerámica destaca porcelana china, probablemente de la Dinastía Ming, tipo muy frecuente en la Nueva España por el tráfico comercial.
También sobresale una figurilla con representación humana hecha en molde, muy común para el periodo. Y el trabajo más meticuloso, dijo el especialista, será el retiro de la capa de piso prehispánico que se halla adherida al monolito. "Y para la conservación de los relieves y la pigmentación --tonos rojos y blancos-- que muestra la piedra, se usará herramienta especial". La exploración, que permitirá observar ya de manera más definida las esquinas noreste y sureste, lleva a suponer que la escultura es completamente cuadrada -a su vez el grosor aumenta hacia el centro- aunque falta realizar la total liberación de la escultura. El arqueólogo del PAU dijo que en esta área se establecerán cinco ventanas arqueológicas, incluida la del predio de Las Ajaracas, que exhibirá el altar con los dos frisos que aluden a Tláloc y a la agricultura, esto implicaría que la zona arqueológica del Templo Mayor se ampliaría ocho metros. ANA MONICA RODRIGUEZ (Source: La Jornada, domingo 8 de Octubre de 2006).
EXTREMAN PRECAUCIONES PARA EL RESCATE DEL MONOLITO PREHISPÁNICO DE LAS AJARACAS. Los especialistas del Programa de Arqueología Urbana (PAU), del Museo del Templo Mayor, llevaron a cabo excavaciones en los costados norte y sur del área donde se localiza el gran monolito prehispánico descubierto en el predio de Las Ajaracas, y confirmaron diversas fracturas en éste, lo cual ha obligado a extremar las precauciones de su rescate.
Después de darse a conocer el acontecimiento, y una vez que se han podido reemprender los trabajos arqueológicos, los investigadores instruyeron en primer término la limpieza del escombro en la parte superior del monolito, por parte de la empresa “Con Imagen”, contratada por el Fideicomiso del Centro Histórico, dependiente del Gobierno del Distrito Federal.
Posteriormente, los arqueólogos delimitaron esa área superior para llevar a cabo la excavación, la cual ha incluido el proceso de fragmentación de una losa de concreto armado, producto de una recimentación realizada en el piso del predio de Las Ajaracas en los años 30 del siglo XX.
Y con el propósito de apuntalar el monolito, también realizaron una excavación en los costados norte y sur, lo cual ha permitido observar diversas fracturas en la piedra monumental y les hace suponer que por lo menos está fragmentada en cuatro partes. Asimismo, mediante un cálculo en torno de las dimensiones hasta ahora visibles, se estima que la piedra pueda tener un peso superior a las 10 toneladas.
Un aspecto adicional es que las excavaciones laterales permiten confirmar que el monolito continúa su trabajo de labrado en los costados, y respecto de la oquedad en la parte inferior se ha podido apreciar un relleno con piedras y arcilla, pero el cual, por las condiciones actuales de la excavación, no deja observar algún posible contenido ceremonial prehispánico.
Con el apoyo de nueve trabajadores de la empresa “Con Imagen”, supervisados por el ingeniero Víctor Flores Hernández, se ha podido avanzar de manera paulatina y cuidadosa en la liberación del monolito, el cual —se considera— podría estar totalmente liberado la semana entrante.
Será entonces cuando empiece el trabajo más meticuloso, y que implicará el retiro de la capa de piso prehispánico que se halla adherida al monolito. Para la conservación de los relieves y la pigmentación –-tonos rojos y blancos-- que muestra la piedra, se usará herramienta especial.
La exploración, que permitirá observar ya de manera más definida las esquinas noreste y sureste, lleva a suponer que la escultura es completamente cuadrada —a su vez el grosor aumenta hacia el centro—; sin embargo, todavía no es posible afirmarlo. Actualmente, la parte expuesta es una horizontal con una medida de tres metros 57 centímetros y un espesor entre los 38 centímetros.
Como parte de esta labor se han localizado fragmentos de cerámica colonial, probablemente de los siglos XVI y XVII. Cabe recordar que la escultura monumental mexica data de la Etapa VII (1502 – 1521); es decir, hacia el periodo de Contacto, razón por la que de inmediato sucede el piso hecho durante el Virreinato.
Entre los restos de cerámica destaca porcelana china, probablemente de la Dinastía Ming, tipo muy frecuente en la Nueva España por el tráfico comercial. También sobresale una figurilla con representación humana hecha en molde, muy común para el periodo.
Por su parte, José Álvaro Barrera Rivera, supervisor del PAU, expresó que el descubrimiento, al haberse ubicado frente a lo que fuera el Templo Mayor de México–Tenochtitlan, en su parte dedicada al dios Tláloc, pudiera tener relación con esta deidad en su posible representación. Destacó que este descubrimiento “no va a cambiar la historia, aunque sí vamos a conocer más sobre la sociedad mexica. A través del curso de la exploración e investigación, y con un control muy preciso de la estratigrafía, podremos identificar ciertos eventos asociados con el monolito”. (Source: INAH, Sala de Prensa, Noticias del Dia, 9 de Octubre de 2006).
Earlier this year Tlaloc had already made the news. While surfing the web I encountered the following interesting report published by La Cronica (edited by Maya News Updates):
EN COATLINCHAN, CUNA DE TLALOC, DESCONOCEN FORO DEL AGUA. Sólo saben que no llueve desde que les quitaron al Dios de la Lluvia.
Hace ya 42 años que al pueblo de San Miguel de Coatlinchán lo dejaron sin dios y, al parecer, el agua se fue con él. El 16 de abril de 1964 el más grande monolito dedicado a Tláloc que se haya descubierto fue extraído de este pueblo por un enorme convoy que lo trasladó hasta la entrada del Museo Nacional de Antropología e Historia, donde hoy da la bienvenida al recinto. Desde esa triste efeméride, el pueblo cambió para siempre y para mal, según sus habitantes. "Cuando teníamos a Tláloc, eran hartas las lluvias, ahora ya casi no llueve. Toda el agua que usamos la sacamos de unos pozos que hemos ido construyendo comunitariamente los pueblos de la zona", afirma Francisco Ortiz Vega, habitante de Coatlinchán, quien presenció la partida de Tláloc, uno de los 5 monolitos más grandes del mundo. De cualquier manera, a 35 kilómetros del Distrito Federal, el pueblo de Coatlinchán, perteneciente al municipio de Texcoco, se las arregla para seguir adelante, porque la vida sin dios y con agua entubada continúa, muy lejos de la sede del IV Foro Mundial del Agua, suceso del cual los habitantes de Coatlinchán no tienen noticia. "De lo poco que vivimos es de la agricultura, pero ahora hay menos de todo porque no llueve. Hay alrededor de 80 hectáreas del pueblo en las que sembramos calabaza, maíz, nopal. Todas se riegan con un pozo que construimos y que está destinado sólo a la agricultura", explica Francisco.
La mayoría de los pobladores cree que las cosas cambiaron para siempre desde la partida de Tláloc. El monolito —descubierto en 1903 por Leopoldo Batres— era un imán del turismo. Pero de su magnetismo no queda nada. "Como ya no hay nada que ver, pues la gente dejó de venir. En esa época les vendíamos comida, a veces hasta hospedaje e incluso algunas piezas (cerámica prehispánica) que nos encontrábamos cuando hacíamos la siembra. ¡Lo que pudo haber sido Coatlinchán si no se la hubieran llevado! Hubiera crecido todo por aquí", imagina Francisco, mientras apunta con el índice a un monte árido, despoblado.Antes los pobladores de diversas regiones llegaban a ver al dios de la lluvia; traían ofrendas al monolito que, con sus siete metros de altura y 167 toneladas de peso, imponía. El día de la Santa Cruz el pueblo entero pasaba a visitarlo y a ofrendarle flores para tener buena siembra. Ahora ni siquiera existe señalización alguna que indique el lugar donde estaba el monolito. Tampoco se construyó el Museo de Sitio que le prometieron a los pobladores. En el lugar de Tláloc sólo hay un gran vacío, no quedan nada más que sequía y una penosa réplica del dios (labrada por los habitantes de la comunidad) que no pasa de los dos metros y exhibe graffiti de aerosol.Misterio. Si bien la deidad partió, las leyendas en Coatlinchán continúan. Habitantes sugieren que encontraron a "la mujer de Tláloc" en una barranca aledaña. No dan noticia a las autoridades porque temen que se las quiten, como lo hicieron con su dios en el pasado. También cuentan que en la Parroquia de San Miguel, enclavada a un costado del zócalo del pueblo, nace un túnel que conduce hasta San Juan Teotihuacán. Hasta los más jóvenes, que no vivieron el suceso, saben de él por tradición oral y lo reproducen. Albergan por herencia el resentimiento causado por la partida de Tláloc. "El pueblo no quería que se lo llevaran. Fue un gran lío. Tuvo que venir el ejército y sitió durante un mes la zona donde estaba Tláloc, mientras lo sacaban y lo desenterraban. Algunos lanzaron piedras, nopales, palos y lo que fuera a los arqueólogos y los custodios, pero ni así pudieron detenerlos", recuerda Francisco. Hasta dos llantas del camión que lo transportaría fueron ponchadas por los habitantes para retrasar así su traslado; las ganas de frustrar la partida de Tláloc los llevó a llenar de tierra el tanque de gasolina y a hacer otras artimañas ingeniosas. El pueblo finalmente se apaciguó cuando el gobierno prometió, a cambio de su dios, la construcción de escuelas y hospitales; la llegada del progreso. Durante el mes que tardaron las obras de excavación, se levantaron un centro de salud y una escuela primaria. Después de pomposas inauguraciones, a 5 kilómetros por hora, partió el pesado monolito. El pueblo salió a las calles para despedirlo con música y cohetes. Los habitantes aún no se explican cómo sus antepasados pudieron construir el monolito. "Si con maquinaria pesada y tecnología tardaron un mes en desenterrarlo, no entendemos cómo lo hicieron; aunque ya existiera el cincel hubiera sido muy difícil. Creemos que el monolito es divino, a lo mejor ni fue hecho por hombres, sino por el mismo dios".
A su llegada a la capital de la República, Tláloc dejó sentir, según crónicas de la época, su presencia. El pesado tráiler que lo transportaba rompió a su paso por Reforma una tubería subterránea y produjo una gran fuga de agua. Además, cayó un aguacero que causó una fuerte inundación en la ciudad, y que todos atribuyeron a Tláloc. Después de eso, casi nada. En Coatlinchán se quedaron esperando el regreso de Tláloc, para ver si con él volvían la lluvia, la fertilidad, la vida. En medio de fuertes vientos, remolinos de polvo y un paisaje árido, Francisco Ortiz posa con nostalgia su vista en el hueco que por años habitó Tláloc. Tras un silencio cobijado por nopales y cactáceas, sentencia lapidariamente: "No, ya no hay nada, sólo esta desgracia". Mauricio Marcin (Source: La Cronica, Lunes 20 de Marzo de 2006).