Saturday, May 05, 2007

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Maya News Updates 2007, No. 23: Palenque - Replica of Pakal's Tomb at the Museo de Sitio de Palenque
Yesterday, May 4, 2007, in the section Sala de Prensa of the CONACULTA webpage, a news bulletin was posted on the recent installation of a faithful copy of the tomb of Palenque king K'inich Janab Pakal. The actual tomb was discovered 55 years ago and the new copy is placed in a special area of the Museo de Sitio de Palenque (edited by MNU):
Tumba de Pakal, a más de medio siglo de su hallazgo - Descubierta el 15 de junio de 1952 por el arqueólogo mexicano Alberto Ruz Lhuillier (1906-1979), este año se cumplen 55 del que es considerado uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XX en México y América. Como parte de esta conmemoración, se presentó al público una réplica exacta de la tumba y su contexto, en un área especial del Museo de Sitio de Palenque.
Resultado de una intensa investigación desarrollada entre 1949 y 1952, el hallazgo cambió la idea que se tenía de los edificios piramidales prehispánicos, pues se creía que sólo servían como aposento de gobernantes. El descubrimiento permitió determinar que estas construcciones también fueron mausoleos de personajes de alto rango, y así se pudieron establecer paralelismos con otras civilizaciones del mundo, como la egipcia. La entrada masiva de visitantes a la tumba subterránea por más de medio siglo, provocaba el aumento de la temperatura y humedad del espacio, lo que alertó a autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pues los materiales prehispánicos comenzaron a sufrir alteraciones, como los estucos, que mostraban indicios de reblandecimiento y pérdida de color.
Por tal motivo y como medida precautoria, a partir del 2004 se prohibió el acceso del público a la cripta que contiene los restos del soberano maya, identificado también con el nombre de Ocho Ahau. Actualmente la tumba de Pakal guarda un estado de conservación óptimo de acuerdo a especialistas del INAH, la decisión del cierre definitivo de esta área, obedeció también a otros factores que de no haberse tomado en cuenta la habrían afectado.
El descenso y ascenso de visitantes por las escalinatas que conducen al sepulcro real, propició que los peldaños se desgastaran. El uso de flash para la toma de fotografías y las prácticas vandálicas de visitantes que escribían su nombre en las paredes, son algunas de las causas que llevaron también a la determinación del cierre. “Se observó que podía haber una degradación y por ello se tomó la decisión precautoria de cerrar el acceso al público”, precisó Emiliano Gallaga, director del Centro INAH-Chiapas. Desde el 2003, el INAH desarrolla trabajos de conservación de la cripta de Pakal y del Templo de las Inscripciones, con el objetivo de estabilizar los relieves de estuco que decoran las paredes internas del espacio funerario.
Palenque, Temple of the Inscriptions
“La idea es devolver los niveles de temperatura y humedad que tenía la cámara antes de que se permitieran las visitas, y para ello se instalaron monitores que periódicamente son verificados por los restauradores”, detalla. Para evitar la filtración de lluvia, en el 2006 se desarrolló una de las primeras fases de impermeabilización en la parte superior del Templo de las Inscripciones, a cargo del especialista Arnoldo González. “El cierre del espacio es definitivo y se descartan aperturas temporales en el futuro. Únicamente habrá acceso esporádico para la investigación científica”, acotó el arqueólogo Gallaga.
Sin lugar a dudas, la cámara funeraria representa uno de los principales atractivos de la visita a Palenque, por tal motivo, el INAH emprendió un proyecto enfocado a crear una alternativa mediante la creación de la Sala Explicativa de la Tumba de Pakal, en un anexo al Museo de Sitio. Concluida recientemente, la nueva área ya está abierta al público y se puede visitar en recorridos especiales para 40 o 50 personas; en ella se exhiben las réplicas exactas de la cámara funeraria con dimensiones de 7 metros de largo por 3.75 de ancho y 6.50 de altura; y del sarcófago de 3 m de largo por 2.10 de ancho y 1.10 de alto.
También se muestra la reproducción de la lápida de piedra caliza esculpida en bajorrelieve, con medidas de 3.80 m de largo por 2.20 de ancho y un espesor de 25 cm. La losa presenta la imagen de Pakal al momento de iniciar su viaje al inframundo. Del vientre del soberano brota una ceiba sagrada o el axis mundi de la cosmovisión maya.
Se trata de un proyecto museográfico e interdisciplinario de primer nivel, que a diferencia de la visita a la tumba original —la cual sólo podía ser observada a través de una puerta metálica—, permite a los visitantes apreciar con mayor detalle cada una de sus características. Entre las ventajas de la réplica, señala el arqueólogo Emiliano Gallaga, destacan las paredes del recinto funerario creadas con un material transparente que permite ver hacia el interior y de manera que no se restringe la mirada del espectador como en el caso de la original. “El visitante puede darle la vuelta por sus cuatro lados y apreciar todos los elementos que conforman los relieves del ataúd y la lápida. Asimismo, en los muros traslúcidos se grafiaron las imágenes de los nueve personajes del inframundo y ancestros de Pakal representados en las paredes interiores de la cámara original, y que no es posible ver”, subrayó.
El proyecto representó una inversión cercana a los cinco millones de pesos aportados por el Gobierno del Estado de Chiapas y la Secretaría de Turismo. Así como del INAH en lo concerniente a la museografía, ingeniería, arquitectura y diseño, basadas en la investigación hecha a lo largo de más de cinco décadas. Con el uso de medios impresos, electrónicos y audiovisuales, la Sala Explicativa de la Tumba de Pakal, detalla cómo se dio el descubrimiento, su significado dentro de la cosmovisión del mundo maya y el desciframiento de las inscripciones y jeroglíficos grabados en la lápida. Otra de las novedades del nuevo espacio del Museo de Sitio de Palenque, son las reproducciones de las diversas reconstrucciones que se hicieron de la máscara funeraria (24 x 19 cm) que portaba Pakal en su sepulcro, y que consta de 340 teselas de jade.
La información se presenta en inglés y español, lo que ayuda al visitante nacional y extranjero a introducirse al contexto social, político y funerario de la época de mayor esplendor de Palenque, ocurrida en el siglo VII de nuestra era. Las visitas al Museo de Sitio representan sólo el 20 por ciento de las cerca de quinientas mil personas que ingresan anualmente a la Zona Arqueológica. “Con la nueva atracción de la replica de la tumba real, esperamos incrementar la afluencia a este recinto, al que tienen derecho por el mismo boleto de entrada al sitio”, mencionó el arqueólogo Gallaga (source: Conaculta).
Photograph that illustrates this report, showing the Temple of the Inscriptions at Palenque that contains the tomb of K'inich Janab Pakal (or, if you prefer, K'ihnich Janaab Pakal), was made by me in June 1989.

Sunday, April 29, 2007

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Maya News Updates 2007, No. 22: Mejicanos, Amatitlán - Temples in Miniature in Guatemala
Today, April 29, 2007, the Sunday Supplement Revista D of the Guatemalan newspaper Prensa Libre, contains a short item on the archaeological discoveries at the site of Mejicanos. This archaeological site (discussed first by Edward Shook in 1952) is located some 4 km. southeast of the archaeological site of Amatitlán, close to the Lake of Amatitlán. The item in Revista D specifically targets the Precolumbian stone models found at the site of Mejicanos (edited by MNU):
Templos en miniatura: En Amatitlán, rocas rituales representan un imponente misterio. Los templos prehispánicos más altos reportados a la fecha en Guatemala se yerguen en El Mirador y Tikal, por encima de la densa selva petenera. Pero Amatitlán posee algunos de los más reducidos e intrigantes. Su altura no se mide en metros, sino en centímetros... El sitio arqueológico de Mejicanos se extiende en terrenos situados en la ribera oriental del lago y en varios cerros, que cubre una superficie de unos 3 km2. Se nota por doquier una considerable concentración de cerámica, que se asemeja a la de Kaminaljuyú y delata una larga ocupación, del Preclásico Medio (800-500 a. C.) al Postclásico (900-1524 d. C.).
Incontables fragmentos de otro tipo brillan bajo el Sol: se trata de la obsidiana, un vidrio volcánico usado en la antigüedad para fabricar navajas y puntas. Varios de estos fragmentos presentan una particularidad: son de color verde, lo que indica que la obsidiana provenía del valle de Toluca, en el México central. Los misteriosos pobladores de Mejicanos dejaron también ruinas de casas y otros edificios. Destaca, en una antigua terraza, un muro de grandes piedras admirablemente talladas y ajustadas.
Map showing location of the site of Mejicanos

Por todos lados se pueden apreciar los remanentes de intensos acontecimientos volcánicos. Numerosas rocas de diversas formas yacen en la tierra, como boyas en la superficie de un agitado mar. Varias peñas deparan una sorpresa: llevan grabados enigmáticos mensajes de los antiguos habitantes. Se reconocen figuras humanas esquematizadas, animales, cavidad, pequeños canales, diseños abstractos ... Pero estos elementos no son los que más nos sorprenden. Se identifican también diminutas escalinatas que llevan nuestra mirada hacia las cumbres de verdaderas pirámides en miniatura. Su altura respecto del suelo no rebasa el metro. Hoy se registran en Mejicanos siete de estas maquetas precolombinas. ¿Cuándo, por quién y por qué fueron talladas?
En la época colonial, el famoso cronista Fuentes y Guzmán (1643-1700) mencionó en el lugar la presencia de ruinas de un antiguo pueblo llamado Zacualpa. Pero no fue hasta la década de 1950 que el arqueólogo húngaro Stephen de Borhegyi documentó el sitio de Mejicanos y sus extrañas maquetas. En el mismo decenio a, el guatemalteco Guillermo Mata amplió de forma considerable el conocimiento de la arqueología de la zona, extendiendo sus exploraciones hasta debajo de las verduzcas aguas del lago. Desde 1996, el arqueólogo Édgar Carpio, de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos (Usac), enfoca sus esfuerzos en el arte rupestre de Amatitlán. Como lo recalca este investigador, “el grupo de maquetas de Mejicanos es un caso único en Guatemala”. No obstante, lejos de desanimarse, se dedicó a emprender, al nivel de toda Mesoamérica, un estudio comparativo con el afán de abordar las delicadas cuestiones de las fuentes de inspiración, la cronología y la interpretación de las “pirámides” de Amatitlán.
Valiosas pistas encontró Carpio en el lejano altiplano mexicano, especialmente, en el sitio de Teotenango, donde afloramientos rocosos muestran igualmente los rasgos de templos en miniatura. Más semejanzas se constataron en peñas de Chiapas, Tabasco y Yucatán, donde se exhiben escalinatas, depresiones, animales y obsesionantes caras humanas. Todo indica que la zona de Amatitlán, estratégicamente ubicada entre la costa del Pacífico y al altiplano maya, siempre recibió múltiples influencias e invasiones, que determinaron su desarrollo.
El aparente auge de Mejicanos, entre 600 y 1200 d. C., correspondería también al período de concepción de las maquetas, por escultores de los cuales se desconoce la lengua (o las lenguas). Según expresa Carpio, el conjunto de las maquetas “podía constituir una especie de lugar de culto en donde, en la antigüedad, se llevaban a cabo rituales propiciatorios y de otra índole”. Las cavidades, por lo general, presentes en las cumbres de las pirámides, podían recibir libaciones o el agua de lluvia, o incluso, podían servir para moler ritualmente hongos alucinógenos (como se ha propuesto para Teotenango).
En Mejicanos, obviamente, la simple forma del templo piramidal se ha convertido en un signo del acercamiento a un mundo mitológico, y tal vez, del acceso al poder político. En la región de Río Bec, en el sureste de la península de Yucatán (México) existen curiosos templos ficticios —sin cámaras— pero del tamaño de verdaderos edificios. Los antiguos lugareños de Mejicanos fueron más allá, reduciendo el templo a su simple dimensión simbólica y ritual. En muchas civilizaciones del mundo, desde un remoto pasado, las maquetas revestían un carácter sagrado. En el museo de Louvre, en París, un célebre ejemplo de bronce, dedicado por el rey de Anzan y Susa, agrandador del reino, muestra, entre dos pequeños templos, una serena ceremonia del amanecer de 3200 años de antigüedad.
En Amatitlán, las rocas grabadas, las ruinas y las terrazas forman, desde el lago, un tipo de monumental escalinata, que recuerdan irresistiblemente a otro majestuoso sitio maya asentado entre lago y volcanes: Chuitinamit (ver la Revista D del 22/02/2006). Pero a la diferencia de la “montaña coronada” de Atitlán, Mejicanos está sufriendo constantes y lamentables saqueos. Édgar Carpio, incansablemente, busca sensibilizar a los habitantes del área para que protejan su patrimonio, y no desespera por crear un museo comunitario. Prevé que el año próximo harán excavaciones que podrían echar una nueva luz en la milenaria epopeya de Mejicanos (written by: Sébastien Perrot-Minnot; source: Prensa Libre, Revista D No. 147: 28-29).
The archaeological site of Mejicanos can be found described in a 2002 article from the Simposios de Investigaciones Arqueologicas en Guatemala series posted by the Asociacion Tikal, written by Edgar Carpio Rezzio and Alfredo Roman and entitled "Primeros avances del Proyecto Mejicanos, Amatitlan" ([PDF]).