Thursday, September 30, 2010

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Maya News Updates 2010, No. 29: San Claudio, Tabasco - Prehispanic Observatory may have been used to Track the Passage of the Sun during Solstices
On Wednesday, September 29, 2010, the Instituto Nacional de Antropología e Historia reported on recent archaeological research at the site of San Claudio, Tabasco, Mexico. The florescence of this Maya site dates to ca. A.D. 200-900 and its Structure 12 may have been used to track the passage of the sun during the solstices (edited by MNU):
Exploran observatorio prehispánico en Tabasco - Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) estudian un montículo prehispánico, conocido como la Estructura 12 del la zona arqueológica San Claudio, en Tabasco, y que pudo cumplir la función de un observatorio astronómico para registrar el paso del Sol en los solsticios durante la ocupación de esta antigua ciudad maya, desde los primeros siglos de nuestra era hasta el año 900.
De acuerdo con el arqueólogo José Luis Romero Rivera, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y director de las excavaciones en este asentamiento localizado al sureste del estado, en el municipio de Tenosique, la Estructura 12 es un basamento común de 2.5 metros de altura que, a su vez, tiene otros dos un poco más elevados en los extremos norte y sur. “Es probable que la gente subiera a las estructuras por la explanada o patio central. Se trata de una construcción de piedra con muro en talud y esquinas redondeadas, que aunque recuerda un poco al estilo Petén, las dimensiones del edificio de San Claudio son menores.”
“Otra característica es que a diferencia de todas las demás estructuras del sitio que tienen una desviación de 11° al noreste, la número 12 tiene 25°, la discordancia en esta orientación nos hace suponer que tuvo un uso como observatorio astronómico. Parece que es un espacio habitacional pero de élite, que tenía un acceso con tres entradas y dos columnas”.
Romero Rivera, subdirector del Centro INAH-Tabasco, precisó que la desviación de 25° de la Estructura 12 parece coincidir con la orientación de los solsticios, cabe recordar que en el de verano el Sol alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Cáncer, y en invierno en el Trópico de Capricornio. En ese sentido, el experto comentó que al amanecer del próximo solsticio de invierno se llevarán a cabo las observaciones necesarias para determinar si los muros de la Estructura 12 de San Claudio están alineados con la salida del Sol. En la mayoría de las culturas prehispánicas, y particularmente en la maya, se celebraban algunos ritos conmemorativos en dichos eventos astronómicos.
El arqueólogo señaló que se espera continuar la excavación y consolidación de la Estructura 12, con lo que sumarían tres los monumentos —junto con las estructuras número 1 y 4— expuestos en el sitio para la visita pública hacia finales del año.
Cercano a la frontera guatemalteca, entre un lomerío que al sur tiene la Sierra de Chiapas, y al norte la llanura tabasqueña que llega hasta la costa, San Claudio fue ocupado desde 200 a.C., hasta 900 d.C., en el periodo Clásico Tardío, y debió ser parte del área de influencia de la urbe maya de Piedras Negras, en la actual República de Guatemala.
La abundancia de restos de pedernal o sílex, hallados en el sitio en exploraciones arqueológicas, indica que este mineral fue la principal materia prima que San Claudio entregaba a otras ciudades hegemónicas; “hablamos de sociedades en las que no existían los metales. La elaboración de utensilios cortantes, ya sea instrumentos de trabajo o armas, dependía del pedernal, de ahí que era un bien estratégico”, anotó.
Como parte del Proyecto Arqueológico San Claudio, que comenzó formalmente en 1997, se han localizado 35 entierros humanos, con la misma orientación de 11° noreste, que es el ordenamiento general que presenta la antigua ciudad. “Los entierros más elaborados que se han encontrado consisten en tumbas hechas de lajas de piedra caliza, acompañadas de ofrendas sencillas, la más ‘ostentosa’ estaba integrada por tres vasijas, en tanto que las más pobres, es decir, casi la mayoría, los esqueletos tenían sólo un plato o un cajete que cubría el rostro del difunto.
Una constante de la costumbre funeraria, es que los entierros se depositaban debajo del piso de las viviendas, lo que coincide con las referencias de algunas crónicas de los primeros españoles. Entonces, una plataforma ocupada por más de 200 años y que es la base de una vivienda, puede tener muchas inhumaciones como fue el caso de la Estructura 4, donde localizamos alrededor de 20”, concluyó Romero Rivera. (Source INAH)

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